8.7.15

Diario fílmico: Documental.


- La sal de la tierra (Francia, 2014. Dirs. Wim Wenders, Juliano Ribeiro Salgado). Documental sobre el fotógrafo Sebastião Salgado, quien ha sido testigo de algunos de los más impactantes acontecimientos en la historia de la humanidad. Además de hacer un recorrido por su trayectoria profesional, se nos presenta su historia familiar --cabos que se hilan al presentarnos la mayor crisis espiritual que Salgado sufrió al presenciar de primera mano lo peor de la humanidad, y que lo llevó a crear el Instituto Terra en su natal Brasil (un maravilloso proyecto de reforestación) y a cambiar de giro, dedicándose ahora a fotografiar la majestuosa naturaleza del mundo animal. 

Testimonio tan impresionante como las propias fotografías de Salgado, y a la vez una muy interesante reflexión sobre el mundo mismo, tanto el humano como el silvestre. Hay un posible reproche que puede hacérsele, que es el uso a veces demasiado insistente de fotografías de miseria; son imágenes que deben ser vistas para que nos olvidemos de lo que ha sucedido, sucede y no debe volver a pasar, sí, pero la insistencia en el tema a veces roza con el sensacionalismo. Además, se presta al viejo de tema de que siempre que se habla del continente Africano, pareciera que ahí existe única y exclusivamente miseria, en lugar de demasiada miseria en un inmenso continente en el que sin embargo hay de todo... como en todo lugar en el mundo, realmente. Otro tanto ocurre con el testimonio familiar: Se nos habla de cuánto sufrieron Salgado y su hijo (el co-director de éste documental) con el nacimiento de un hijo con Síndrome de Down, pero no sobre el crecimiento de éste, ni otras circunstancias. A decir verdad, ésta es una crítica que se le ha hecho a la propia fotografía de Salgado: un uso quizá demasiado apropiativo de tragedias que aunque sin duda le afectan no son las suyas, y así camina una delgada línea entre la denuncia y la explotación. En cambio, los bellos paisajes y la sinceridad que transmite Salgado sobre diversas aventuras en que participó son más interesantes, y vuelven a éste documental una obra digna de verse, estudiar... y criticar, pues no existe la obra perfecta. 

Diario fílmico: Documental.


- Ayotzinapa. (México, 2015. Dir. Xavier Robles). Relato testimonial y documentado acerca de la desaparición (y muy probable ejecución) de 43 estudiantes normalistas, y que pone al descubierto colusiones más bien siniestras entre fuerzas como la policiaca, la militar, la política y sobre todo la económica de México. Amén de testimonios de estudiantes que escaparon al secuestro y de los padres de los desaparecidos, se presenta un recorrido histórico a lo largo de varios sexenios con el fin de contextualizar debidamente la historia. 

Un documental de suma relevancia no sólo en éste preciso momento para México, sino en general, por la denuncia humanitaria que realiza. Viéndolo como documental, vale la pena resaltar el uso juicioso que hace de las imágenes de archivo: En lugar de explotar las imágenes más sensacionalistas sobre éste triste caso (y hay que decirlo: Han sido los medios de comunicación masivos quienes más han hecho un uso más bien amarillista de tales imágenes), aquí se opta por realizar un sincero testimonio y protesta. A destacar el uso de diversos poemas para resaltar aquello de lo que es difícil hablar. 

Diario de lectura: Novela.


- Dolorosa. (1999, Gerardo Horacio Porcayo). Dos vampiros, Abigail y el narrador sin nombre, viven en algún lugar de la Ciudad de México. Su sencilla casa esconde un siniestro calabozo en que mantienen una colección de prisioneras con las que Abigail se regocija, torturándolas hasta los límites de la razón... a veces, de hecho, más allá de los límites naturales. Pero últimamente ella se encuentra torturada por una duda a la que nadie, ni humano ni de otra calaña, puede realmente escapar: ¿Es posible realmente escapar de la muerte? Su búsqueda por encontrar una forma definitiva, absoluta de escapar a ella la llevará a destrozar límites que ni siquiera sospechaba que tenía. Y en cuanto a su amante-esclavo, le espera un destino que ni él será capaz de aceptar...

En 1999, el escritor Mexicano (Morelense, para mayores señas) Porcayo escribió sobre el tema de los vampiros en ésta novela y una colección de cuentos titulada "Sombras sin tiempo". Pero no, me corrijo: Como ocurre con las mejores obras en que aparecen personajes irónicos, ésta no es realmente una historia sobre vampiros, sino protagonizada por ellos; lo que hay aquí es una historia violenta, a ratos grotesca y solemne, pero finalmente desalentadora acerca de la más grande soledad, que es el momento de la muerte. El argumento echa mano de toda clase de recursos, eso sí, tomados principalmente de la literatura anglosajona de terror. Pero el resultado final es no sólo perturbador por las secuencias sangrientas que sería de esperarse, sino también por el desasosiego que se adivina en la imposibilidad de los personajes (no sólo los protagonistas) de comunicarse más allá de cierto límite. En ese sentido, el título tiene un doble sentido: el literal, que evoca a alguien que causa dolor tan sólo por existir, y el figurativo, una figura retorcida que en lugar de brindar consuelo espiritual como su equivalente religioso, trae la mayor desesperanza.