5.5.16

Diario de lectura: Historieta.


- Poppers. Ralf König. Originalmente titulada "Poppers! Rimming! Tittentrimm!", se trata de una colección de historias breves del gran König, uno de los maestros del cómic gay. Aparecida originalmente en el año 2001, por lo que como es de esperarse hay algunos temas un poco pasados de moda --por ejemplo, ¿se acuerdan cuándo, en los inicios del internet, había que usar la línea telefónica para conectarse y no era posible llamar por teléfono mientras navegábamos? 

Ah, pero los temas de fondo en estas historias son universales. Lo primero, como es costumbre en König y puede adivinarse desde la portada (que es la misma para la edición alemana y la española), el sexo, con su lado estrictamente físico y su lado emotivo, también. De ahí, variaciones sobre la vida en pareja, las neurosis modernas y algunos absurdos que en el cómic de hoy ya hasta se extrañan. Véase si no el hombre que tiene una crisis de pareja con su consolador, el perro que disfruta viendo películas  de pornografía zoofílica (y conste que hablamos de un perro literal; lo que no quita que también haya humanos con curiosidad por el contenido y otros a los que les da asco), las dos generaciones que intentan contarse anécdotas relevantes de la historia por los derechos de los homosexuales y acaban divagando cada cual en sus cosas (los unos, extrañando la época en que era común tragarse el semen de cualquiera; los otros, intentando imaginarse una Alemania sin fijador para el pelo), el travesti que consigue demostrarle a su novio que vestida o no es todo un macho, la pareja que decide no probar el sexo con esposas porque a la nueva cama se le puede rayar la cabecera...

Y de postre, unas cuantas apariciones de Konrad y Paul, personajes emblemáticos de König. 

Ya desde sus inicios en los 80, las obras de König han sido siempre desafiantes a la par que humorísticas. Y si bien es innegable que de vez en cuando se cuelan algunos prejuicios propios de ciertas épocas en su obra, también se agradece que existan todavía provocaciones al lector. Este, por ejemplo, tiene bastante de desafío a lo políticamente correcto (y lo políticamente incorrecto también si es por eso), que ahora, quince años después, es acaso aún más necesario. 

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