15.8.16

Diario de lectura: Cómic.



- Amarillo (Blacksad, vol. 5). Juan Díaz Canales (Guión) y Juanjo Garnido (Dibujo). Al poco de concluir su misión (en el volumen anterior), John Blacksad consigue un trabajo mucho más tranquilo: se trata tan solo de conducir un automóvil de un estado a otro. Pero en el camino se topa con los excéntricos poetas Abraham Greenberg y Chad Lowell, quienes están a punto de comisionar con un violento destino. Para su malestar, Blacksad queda nuevamente involucrado en una maraña de asesinatos y chantajes, mientras que un escritor lucha con su propia consciencia...

El quinto volumen de ésta saga cambia de nueva cuenta el escenario y el estilo; en esta ocasión se nos presenta, en lugar de un misterio, un drama de personaje (y más aún, una tragedia de personajes) que abarca varios estados y una galería de personajes a cual más pintoresco.

Desafortunadamente, ésta es la más floja de las entregas de Blacksad, después del primer volumen. El tono brinca demasiado entre el humor caricaturesco y el drama exacerbado sin que consiga encontrar un punto intermedio, como en los otros volúmenes. Los personajes y el dibujo, eso sí, mantienen la calidad esperada. Pero lo que sí resulta pasmoso es tomar una serie de personajes muy abiertamente basados en la llamada "Beat Generation" (Greenberg viene a ser Allen Ginsberg, Lowell viene a ser Jack Kerouac y su amigo Billy Sorrows viene a ser William Burroughs. Incluso el abogado / agente literario Neal Beato vendría a recordar a Neal Cassady)... para contar una historia heterocéntrica por dónde se le vea.

Es curioso (o no tanto), diversos artistas heterosexuales han abordado a estos escritores en sus propias obras y si por un lado celebran la actitud de rebeldía y de pasión por el arte llevado al límite, por otro abordan con reticencia inusitada el tema de la homosexualidad, cuando no lo evaden por completo. Así en el cómic "Uncle Bill", de Bef (que sin ocultar el tema, tampoco se atreve nunca a mostrar ningún contacto entre hombres y sí en cambio una escena explícita de sexo heterosexual), la adaptación cinematográfica de "Naked Lunch", de David Cronenberg (que apenas se atreve a mostrar un tímido beso en la frente --eso sí, su posterior "Crash", adaptación ahora de J. G. Ballard, compensa con creces éste extraño pudor cinematográfico) y así ésta historieta, que lo más que se atreve a sugerir del tema es el hecho de que Bill sea un flamingo (pero con un hijo, claro está, y no precisamente basado en el verdadero Burroughs Jr.). El criminal atormentado, cómo no, es salvado por el amor a y de una mujer.

Y es una lástima, porque el despliegue de referencias literarias y teatrales, amén del tema del racismo, que sí se mantiene desde volúmenes anteriores, tendrían que compaginar con una  historia más audaz. Irónicamente, con una historia justamente tan atrevida como lo fue en sus días la obra de ésa generación literaria.

Hasta el momento ha sido el último volumen de Blacksad, sin contar la edición integral. 

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