6.2.18

Reto fílmico.


Reto fílmico, Febrero: Cine gay y queer. 

NOTA: Esta película no estaba en el programa, y pensaba listarla como tal. Pero en cierto sentido sí puede verse como parte del mismo, por razones que probablemente resultarán obvias: 



- La región salvaje. (México, 2016. Dir. Amat Escalante). La joven Alejandra vive una existencia en apariencia plácida en Guanajuato, con su marido Ángel y sus dos hijos. Pero en realidad este matrimonio está basado en la insatisfacción: Alejandra no está satisfecha con las relaciones sexuales que sostiene con su marido y busca aliviarse ya sea sola en la regadera o a veces coqueteando con otros hombres en sus salidas nocturnas. Y Ángel engaña a Alejandra con el hermano de ésta, el médico Fabián. Por su parte, Fabián tiene una amiga nueva: La joven Verónica, la cual le comparte un extraordinario secreto. En el fondo del bosque hay una cabaña donde un par de ancianos científicos guardan un secreto: Un visitante extraterrestre que puede darle el mayor placer sexual a quien sea. Pero ese placer tiene un alto precio. Pronto los cuatro se verán arrastrados por una ola imparable de intriga y violencia…



Una cinta entre la ciencia ficción y el drama social, con una dosis de terror y otra de humor negro. El director Escalante (de “Sangre” y “Heli”, entre otras) siempre ha dado de qué hablar; pero ésta cinta da un giro en apariencia inesperado en su carrera. Y digo en apariencia por que en realidad confirma sus obsesiones temáticas (la violencia soterrada, los prejuicios profundamente arraigados), solo que esta vez con una óptica distinta y además de una notable ambigüedad. 
Sería fácil dejarse convencer por las convenciones del melodrama y suponer que Ángel es un villano absoluto y Alejandra una heroína que se salva al asumir su propia sexualidad. Pero la verdad es que es Alejandra quien termina por manipular y de hecho por matar intencionadamente, todo en pos del placer absoluto. Y Ángel, odioso por prepotente y en apariencia controlador, es en realidad el único personaje que no cumple ni uno solo de sus planes: Fabián lo abandona sin más por el extraterrestre y le dice casualmente que no quiere verlo; jamás consigue convencer a nadie de que él no es un asesino (y en efecto no lo es), ni consigue vencer su miedo a la carne (resulta de un trauma infantil), ni librarse de sus padres, ni nada. Estos no son personajes arquetípicos; son gente tan mezquina y noble a la vez como cualquier persona de carne y hueso, solo que enfrentados a una circunstancia que se supone imposible. 
El asunto del extraterrestre sería humorístico… y algo que más de un crítico ha pasado por alto es que de hecho sí lo es, pero no de manera involuntaria. Los efectos especiales utilizados para la criatura son asombrosos, y le confieren un cariz debidamente orgánico e inhumano (con ciertos guiños a clásicos del género). Pero también se ve precedido por una escena impresionante: Un cráter inundado de toda clase de animales copulando felizmente. Una orgía alucinante, en que depredador y presa conviven placenteramente. No es una historia sin humor, es un humor que el director maneja con precisión, jugando con las expectativas del público —ya sea acostumbrado a los tópicos del género o no. 
Pero finalmente el tema de la película son las pasiones primarias, que el ente solo encarna en su más absoluta expresión (y así lo explica un personaje). La región salvaje del título no es solamente Guanajuato (a la postre el lugar de nacimiento del propio Escalante); es lo más recóndito e íntimo de todos nosotros, donde anidan pulsos primitivos y poderosos:  el sexo y la muerte, Eros y Tánatos. 
Todo esto con una cuidadosa puesta en escena, notables actuaciones y una excelente banda sonora. 

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